Tuve la suerte de participar del programa este último setiembre, sin lugar a dudas de los mejores trabajos que he tenido en mi vida (junto con el de porteador y las guiadas).
Cada semana me asignaban un grupo de 8 niños de 11 o 12 años para que conocieran el esquí desde cero, en su mayoría nunca habían visto unas tablas. Son peques de las escuelas de la región, y el objetivo es que tengan acceso y conozcan el deporte durante 4 días, un acercamiento a ese hermoso mundo de las bajadas y deslizarse en la nieve. (¡¡Aproximadamente 200 alumnos pasaban por este proceso cada semana!!).
El primer día es duro mucha información para niñas y niños, pero rápidamente agarran procesan los datos y con el pasar de los días todo fluye. Me llevo en el corazón esas caritas felices de haber logrado aprender lo básico de este increíble deporte, muchas anécdotas.
Es alucinante a nivel pedagógico lo que genera en la mentalidad de los alumnos; superación, aprendizajes, esfuerzo y luego disfrute con los conocimientos incorporados; sorpresas como pequeños saltos y piruetas; mucha ayuda entre ellos, juego colaborativo, risas por demás… un aula al aire libre totalmente diferente donde los peques ponen en juego sus capacidades y se nutren de valores. A su vez descubren un mundo de posibilidades como deporte y trabajo a futuro.
Ojalá siempre se mantenga esta instancia educativa y pueda volver a trabajar en ella, en un proceso donde como profe me llevo mucho más de lo que alcanzo a trasmitir. Gracias a todo el equipo de coordinación y a los compañeros de trabajo por tan buena energía en el día a día.
¡AGUANTE ESQUÍ ESCOLAR!
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