Comencé a trabajar en Aconcagua en el campo base como campamentero en el la temporada 2013-2014, y en navidad ya colgué el delantal y agarré la mochila para portear a los campos de altura (aunque seguí dando una mano en la cocina cuando dejaba los kilos). Esto me ayudó mucho a conocer el cerro y como se movía toda la logística, y sobre todo entrenar cada día subiendo y bajando con los kilos en la espalda a los campos de altura por su ruta normal. Además, esta temporada pude hacer mi primera cumbre en el techo de América.
Al año siguiente ya recibido como guía, subí a la temporada de Aconcagua para trabajar como porteador y si surgía una guiada la tomaría desde el campamento base plaza de mulas. No tardó mucho en aparecer la oportunidad de guiar a la cumbre.
Un día vienen corriendo la Gigi y la Vale que trabajaban en el base y me dicen “colo” hay una guiada una señora que quiere ir a la cumbre. Ninguno de los guías o porteadores que había quería ese trabajo. Yo por supuesto dije si de inmediato.
Entonces nos sentamos a tomar un té y a conocernos con Susan. Ella era de Estados Unidos, tenía 61 años y me cuenta que había bajado de un intento de cumbre el día anterior. Su expedición había llegado al portezuelo del viento, es decir, a 6440 msnm aproximadamente, y se habían bajado por mucho viento precisamente (aunque me contaba que no le pareció que había tantas ráfagas). Por lo que estaba super aclimatada y muy motivada a intentar de nuevo la cumbre. Me aclaró que no tenía mucho tiempo por cuestiones de vuelos, y que quería hacer el “pegue” a la cima en solo 3 días. Es decir, subir directamente del campamento base Plaza de Mulas a 4200 msnm a campo 3 Cólera a 5990 msnm; al día siguiente el intento de cumbre y finalmente al tercer día bajar al base. Yo como siempre quise ir para arriba de inmediato.
Preparamos el equipo carpa, calentador, etc. Elegimos la comida, tema super difícil porque Susan era vegana “nivel 8”. Y al día siguiente salimos directo a Cólera. Ya en el campo 3 y después de un arreglo del calentador (en el que me ayudo Agustín Aramayo, todavía agradecido), nos preparamos para descansar para el día siguiente. El intento de cumbre salimos muy temprano y nos tocó buen clima, frío obvio como siempre y algo de viento, pero aceptable. Yo le ofrecía cada tanto frenar a descansar hidratar comer algo, pero ella casi siempre me decía que “sigamos, despacio pero constante” así que seguíamos para arriba; yo estaba sorprendido del rendimiento físico de esta mujer, la verdad ejemplar su determinación. Después de dos descansos largos en Independencia 6400 msnm y en La Cueva 6680 msnm aprox. Seguimos por la canaleta paso a paso. El filo del guanaco pan queso y subiendo. Finalmente la cumbre 6962 msnm! Feliz de compartir con Susan y acompañarla en su sueño de pisar el techo de América. Siempre recordaré con afecto esta primera guiada en el cerro que tanto quiero y tanto me ha dado.
(Anécdota: bajando de la cumbre en la cueva con un sol muy agradable dormimos una pequeña siesta después del tremendo esfuerzo de la cima)
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